La Huella está a punto de cumplir diez años. Es una de las primeras experiencias de cooperativas integradas por usuarios de servicios de salud mental, al estilo de las cooperativas sociales italianas impulsadas por Basaglia. Como regalito para festejar este aniversario la administración del Hospital Borda pidió que desalojen las instalaciones sin darles una alternativa dentro del predio del Hospital que se encuentre en condiciones mínimas de habitabilidad para reinstalar el equipamiento. Los asociados están indagando la posibilidad de conseguir un espacio alternativo fuera del hospital monovalente, si bien existen incertidumbres de lo que pueda ocurrir con el personal del hospital que trabaja en la cooperativa y forma parte del equipo de gestión como parte de su función terapéutica.
La Huella fue la experiencia que impulsó la Red de cooperativas sociales que integra Incluir y es un ejemplo para pensar modelos de reinserción social. Sin embargo, para algunos funcionarios, al tener una matrícula como cooperativa de trabajo constituye una “empresa privada” lo que sería un argumento para justificar su desalojo. Esta concepción es preocupante para todo el movimiento de cooperativas sociales, que se plantean como experiencias que necesitan un apoyo intersectorial de las distintas áreas del estado para poder desarrollarse. El efecto del trabajo cooperativo en la recuperación de los participantes implica enormes ahorros al sistema de salud tanto en medicamentos como en los servicios que implica la ocupación de camas. Esto justifica ampliamente la acotada inversión en instalaciones y servicios necesaria para el funcionamiento del emprendimiento social.
Para más información: https://bit.ly/2M6HeE2